El infierno ya está en Facebook… y en Twitter. Me levanto muy temprano para postear eventos, fiestas multitudinarias y orgías sin límite y atraer un aluvión de chulos con cuernos y rabos.
Para hacer de troll y animar el cotarro, yo mismo también estoy en Facebook… y en Twitter. Nadie se imagina que soy la madame del infierno porque disimulo mi identidad, pero queda patente que soy el mayor fan, el que más va, el que más participa y el que pone los reviews más entusiastas… bueno, hasta ahora soy el único, pero interactúo con tanta celeridad y disposición en la red que parece que soy varios, lo juro.
Mis antiguos prejuicios contra las redes sociales me parecen ridículos poco a poco: mi preciado esmarfon hace que mi empeño por el reflote del infierno pueda ser constante a lo largo del día, en cualquier momento y situación, de la mañana a la noche. Y en la cama.
Además, como obligué a Marido a que se abriera perfil en Facebook (y en Twitter), ahora somos súper amigos y nos comunicamos mogollón.
La aplicación foursquare, usando el sistema gepeese del esmarfon, te permite hacer chequín en el infierno o donde quieras, de forma que tus amigos de Facebook (y Twitter) sepan en cada momento dónde te encuentras. Genial. Pero hay más: si eres la que más ha estado en un sitio ¡TE NOMBRAN ALCALDE DE ESE LUGAR! Claro, para ser alcalde de un sitio cool tienes que ir mucho, pero si eres lista y te coges los sitios más insospechados, te hinchas. Yo ya soy alcalde de la frutería de mi calle, la gasolinera donde reposto, un parking del Carrefour, de mi casa y del infierno (por supuesto). De todo puedes subir fotos y de todo puedes hacer comentarios: “¡qué tomates más hermosos!”, “nunca las estaciones de servicio se vieron tan poco transitadas”… lo que tú quieras decir… Y luego, si interactúas mucho… ¡TE DAN PREMIOS!. Premios que consisten en guirnaldas redondas de colores como las que le ponen a los caballos cuando ganan una carrera o las que le ponen a los gatos de la Lechi cuando ganan un concurso de belleza. “Al más aventurero” “Al más fotogénico” “Por hacer chequín 10 días seguidos” Hay mogollón. Emocionado estoy; es súper diver.
Marido y Amante ya me han dicho que tanto dar a conocer mi situación actual puede llegar a ser peligroso, pero creo que, verdaderamente, deberían empezar a familiarizarse con el mundo de las social networks y no quedarse atrás. Además, mis perfiles son falsos, ¡nadie me conoce!
El colmo de los colmos ha venido con otra aplicación, Runkeeper, que, usando tu situación actúal, y conectada con Foursquare, Facebook (y Twitter) permite que todos tus amigos ¡sepan por dónde vas corriendo! , además de que puedes pararte a echar una foto y compartirla, decir cuántas calorías vas quemando o señalarte lugares de los cuales todavía no eres alcalde. Es un abismo de posibilidades. Fascinante.
Gracias a las redes sociales y, tras tantos bajones, me siento súper especial y hasta casi sexy: las interconexiones entre los distintos perfiles y aplicaciones, del infierno y mío, falsos y verdaderos, hacen que mi identidad sea laberíntica, interesante de desentrañar, enigmática y, a la vez, asequible, al alcance de cualquiera que tenga ordenador. Y Facebook. Y Twitter.